BIENVENIDOS

Somos un grupo de alumnos de 6to año de la Universidad de Buenos Aires, Escuela de kinesiología y Fisiatría. Estamos cursando la materia de Bioinformática y Rehabilitación Computacional.
El objetivo de nuestro Blog es darles a conocer sobre esta nueva " enfermedad o patologia" denominada TECNOESTRES que últimamente esta tan de moda, y no todos la conocemos pero muchos la padecemos.
Esperamos que sea de su agrado y los invitamos a que comenten sus dudas y posteen sus opiniones.

domingo, 8 de mayo de 2011

ADAPTACION A LA TECNOLOGIA... TECNOESTRES

La presión por adaptarse a la tecnología enferma.
Los cambios tecnológicos parecen correr más rápido que lo que el cerebro humano puede asimilar. En el intento por no quedarse afuera, mucha gente empieza a padecer severo
s cuadros de estrés.
La diferencia entre cambios rápidos y cambios demasiado rápidos parece trivial. Sin embargo, ese “demasiado” divide las aguas entre la salud y la enfermedad, entre la adaptación y el estrés.
El tecnoestrés es la incapacidad de enfrentarse a la tecnología de la información y sus cambios acelerados “de un modo psicológicamente saludable”, el termino “O te adaptas o mueres”, parece ilustrar muy bien esta definición. Las consultas por este tipo de estrés crecieron el 20% en los últimos cinco años.


Esta nueva patología puede aparecer bajo dos modalidades opuestas: por un lado, como una aversión a la tecnología, que a veces se convierte en una tecnofobia. Es más habitual en las personas de mayor edad, que apelan a mecanismos de defensa del tipo “soy chapado a la antigua”, “esto no es lo mío”. Pero el mundo tecnológico no está dispuesto a dejar escapar a nadie: aunque no se trabaje, muchos turnos, trámites y otras gestiones hoy se realizan únicamente por Internet y tarde o temprano habrá que vérselas con la PC, o pedir ayuda a hijos o nietos. “aunque lo oculten, esto provoca mucho enojo e impotencia y la sensación de haberse quedado atrás”.
En el otro extremo, se manifiesta como una identificación exagerada con la tecnología; es el caso de las personas que “no se pueden despegar” de la computadora, que están siempre tratando de ganar la carrera a la innovación, que padecen si no tienen lo último.
El cambio es tan intenso y rápido que “genera estrés incluso en los que ya se adaptaron”. Una variante del tecno estrés es el síndrome de fatiga informativa: exceso de información que paraliza el análisis y afecta la búsqueda de soluciones y la toma de decisiones. Cuando la conexión es continua –computadoras hogareñas siempre encendidas, celulares que no se apagan “por las dudas”– hay una invasión a la intimidad que puede favorecer el desempeño, pero conlleva un estado de alerta permanente.
Las causas que desencadenan el tecno estrés dependen en parte del tipo de personalidad. “En general se trata de la personalidad tipo A: compulsiva, dinámica, activa, con tendencia al logro, competitiva, intolerante a la frustración, ansiosa y que ve en el entorno una amenaza constante”.
Estas personalidades “detonan” ante específicas causas ambientales: imposibilidad y a la vez necesidad de asimilar los vertiginosos cambios tecnológicos, lentitud de las computadoras, pérdida de datos, errores de la programación, invasión de mensajes no deseados, caída del sistema, información abrumadora y difícil de clasificar o presencia de virus, entre otras bombas de tiempo.
Los primeros síntomas de que algo anda mal son pérdida de autoconfianza y motivación para el trabajo, problemas en el rendimiento laboral y conflictos en las relaciones interpersonales. A su vez, esto acelera el sistema simpático, “ocasiona ansiedad, irritabilidad, problemas de memoria, concentración, depresión, frustración e ira, sensación de vulnerabilidad y hasta el síndrome de piernas inquietas. Así se va degradando la salud, propiciando el desarrollo de gastritis, úlceras, problemas dermatológicos, insomnio, hipertensión, hasta llegar al evento coronario”.


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